María Ifigenia Bernal

“Habito en la vereda El Destino. Sé que soy nacida en Anolaima Cundinamarca, nací y me registraron allí. No sé si realmente nací en Anolaima, pero soy de Anolaima. Mi niñez la pasé una parte con mi mamá y mi papá, y ya más grandecita con mi abuelita. La adolescencia la pasé con mi abuelita. De ahí, ya estuve en una fundación por parte de bienestar familiar, y después, muchos años después, ya volví con mi mamá y mi abuelita otra vez. Ya después tuve mi hogar, mis muchachos. Nunca me dio por aprender nada, ningún arte, ninguna cosa, solamente estudié un poquito. Pero unos años atrás, me dio que por aprender tejido, bordado, que aprender algo de las huertas, de las gallinas, y así. Ahorita estoy mas en lo de tejido, bordado lo hago de vez en cuando, y ahorita estoy aprendiendo a manejar la máquina de coser, mi hermana me está enseñando a manejar la máquina. Ser mujer campesina, es tener una identidad, es saber que tenemos un territorio, que nosotras somos parte de ese territorio. Ser mujer campesina es… ¿cómo le digo yo? Es poner una pauta de diferencia ante los demás. El campo es vida, el capo le da vida a uno y es muy agradecido, si usted necesita algo va donde el vecino la vecina, y hace un trueque, no sé, o ellos le dan, o si lo ven a usted en necesidad no necesita plata todas la veces para usted tender del campo, el campo es vida, es agradecimiento. “