Desde muy joven Hilda Cortés se fue a la capital a “buscar un mejor futuro”. Esta mujer guasqueña de mediana estatura, vivió 15 años en Bogotá hasta que construir un hogar la hizo regresar a su pueblo natal, Guasca.
Para la familia de esta mujer, la venta de la leche es su fuente principal de ingreso. La peculiaridad de Hilda y su esposo es que ordeñan ” a la antigua”, usando sus manos logran recoger a diario hasta 40 litros de leche. Sus 7 vacas Margarita, Mechas, Estrellita, Chiqui, Lucero, Cielo y Rebeca son ordeñadas a las 4 de la mañana y las 4 de la tarde. Y es que si Hilda no hiciera esto las vacas sufrirían de mastitis, afectando su salud.